Las chicas, he dicho bien, las chicas de mi generación, casi seguro que han visto las tres partes que se hicieron sobre este personaje.
Sé muy bien que el argumento de las películas no se corresponde, en absoluto con la verdadera historia de la Emperatriz Isabel de Austria, más conocida por Sissi. Y que los personajes que aparecen, distan bastante de la realidad en la que vivieron.
Pero en realidad, tampoco importa demasiado, porque este tipo de prácticas, en el mundo del cine es bastante habitual. Se podrían contar con los dedos los personajes históricos llevados al cine que se corresponden realmente con su verdadera historia.
Las más jovencitas no lo comprenderán, quizás. Pero estas películas, en su época, hicieron las delicias de muchos espectadores, en su mayor parte femenino. Que a regañadientes eran acompañadas al cine por sus maridos, novios o padres.
Era una época en la que triunfaban películas como Mujercitas, o Cumbres borrascosas, pongo por ejemplo. Unas historias llenas de romanticismo dramático en las que las mujeres se hartaban de llorar (y los hombres también, aunque lo disimulaban).
Las espectaculares imágenes tanto por los impresionantes paisajes, como por los sinuosos bailes en la corte, o los vestidos majestuosos, hacían soñar a los espectadores.
Su protagonista era interpretada por Romy Schneider. Sus ojos azules y su rostro angelical parecía la de una muñeca de porcelana. Jamás se libró del personaje. Hiciese la película que hiciese, la gente la seguía conociendo como Sissi.
Luego trataron de exprimir el carisma de la actriz con otras películas como La panadera y el emperador, o los jóvenes años de una reina, sin tanto éxito.
Hoy en día, la mujer ha cambiado. Probablemente en nuestros días, una película como estas no tendría la misma repercusión. Pero Romy Schneider, o Sissi, quedará por siempre como otro icono de la historia del cine.
MANOLO