A lo largo del año, repartidas por el calendario, hay decenas de fiestas. En su gran mayoría, con connotaciones religiosas, con la excepción del 1 de mayo, el día de la Constitución y el de cada Comunidad Autónoma.
Pero ninguna de ellas es tan controvertida y criticada, sobre todo últimamente, como la Navidad.
Por supuesto que cada cual es libre de expresar sus opiniones. En modo alguno quisiera que se me interpretase como que no acepto tales críticas, basándome en ninguna supuesta sacralidad de las fiestas. Por descontado que cada persona es libre de expresar sus opiniones, por muy fiesta religiosa que sea.
Entiendo perfectamente que para un ateo, o un creyente de cualquier otra religión, la Navidad sea un día como otro y, ni lo celebre, ni le diga nada. Pero si es una fecha que no le dice nada ¿Por qué le molesta tanto?
Lo que ya no entiendo tanto es cómo personas que se reconocen a sí mismos como cristianos sean, en la mayoría de los casos, los primeros en sumarse a esas críticas y arrimarse a todo este laicismo, que ahora parece ser, cada vez más creciente. Siendo, a su vez, los que más realizan esos actos que tanto parece molestarles. Es un contrasentido, en mi opinión.
Se suele hablar, sobre todo, de la fiesta del consumo, por los regalos, las comidas copiosas y costosas. Pero creo que muchos deberíamos recordar, que no existe ningún sacerdote, Católico o Protestante, que diga que en Navidad hay que pegarse ningún atracón de marisco o angulas, o gastarse la paga en regalos, pongo por caso. Más bién todo lo contrario.
Por otra parte, que los comerciantes aprovechen el momento para obtener ganancias, entra dentro de su trabajo. Y bombardean con publicidad de sus productos, porque quedaría un poco absurdo hacer un anuncio de turrón en verano, pongo por caso. Y suben el precio de algunos productos, porque a mayor demanda, aprovechan. El comerciante siempre ha hecho eso desde hace siglos ¿o me equivoco? Y, entre nosotros, os aseguro que los garbanzos, el arroz, las lentejas, etc., tienen el mismo precio de siempre. Así que el que quiera caviar, que lo pague.
Tampoco comprendo tanto que se considere tan negativas las reuniones familiares, o el que la gente sea más generosa en estos días.
De todas formas, os deseo, de todo corazón, a todos una muy FELIZ NAVIDAD.
Y si eso no te gusta... FELIZ DÍA.
MANOLO