viernes, 27 de febrero de 2009




THOR, el poderoso.



No puedo disimular mi predilección por este personaje. Y es que cuando leí por primera vez una de sus aventuras en los comics de la Marvel, me encantó.

En aquella aventura, se enfrentaba a un peligroso súper villano: El Hombre absorbente. Un médico cojo llamado Don Blake, golpeaba el suelo con su bastón y se convertía en el poderoso Thor. Esa transformación me fascinó. Que aquél formidable guerrero pudiese transformarse en un amable médico tullido me pareció genial.

Normalmente los súper héroes son tipos enmascarados que ocultan su identidad disfrazándose de súper héroes. Pero en este caso era al revés.

Luego, una vez derrotado el malo, giraba el poderoso Mjolnir y viajaba a Asgard. Para enfrentarse allí a gigantes, brujos, duendes y toda clase de seres mitológicos.

Esa ambigüedad es genial. Que pueda estar luchando al lado de spiderman, por ejemplo, y luego ir a luchar con Surtur, convierten las aventuras de este personaje en una continua sorpresa.

Han pasado los años y muchas cosas han cambiado en este personaje. Tanto en su indumentaria, como en sus historias. Aunque yo soy un nostálgico y me quedo con el clásico.

Muchas son las aventuras de Thor que me han encantado. Pero si tuviese que elegir una, escogería una en la que la Diosa de la muerte: Hela, harta ya de las continuas derrotas a manos de él, le lanza una terrible maldición:

Hizo los huesos de Thor mucho más frágiles, pero también impidió que pudiese sanar de cualquier herida o fractura. Y lo que es peor: Nunca moriría, viviendo eternamente con sus heridas sin curar. Tan solo moriría si él se lo suplicaba.

Pero él era Thor, el Dios del Trueno jamás suplica ante nadie. Bueno, la forma en como Thor afronta esta terrible maldición es maravillosa. Así como su desenlace.

Me he permitido hacer un par de dibujillos de Thor. Espero que os gusten.

MANOLO

jueves, 26 de febrero de 2009

¿CRISIS EN EL CINE? O ¿MALA GESTIÓN?

Cuando yo era niño iba todos los domingos al cine. Mi padre me daba una propinilla y, con eso, pagaba la entrada y me compraba unas chuches para ver la película: Palomitas, garrapiñadas o unos caramelos de café con leche.

Pero con bastante frecuencia íbamos toda la familia. Se puede decir que íbamos casi una vez por semana. Todo ello suponía un gasto irrisorio que no turbaba, en absoluto, la economía familiar, en una época en la que se escaseaba de muchas cosas, porque se ganaba muy poco. Casi nadie se planteaba, si quiera, comprarse un coche, porque era algo inalcanzable, pongo por ejemplo.

Hoy en día, si una familia cualquiera compuesta, por ejemplo por cuatro personas, como éramos nosotros, tuviese la costumbre de ir al cine una vez por semana, sumando la entrada y un triste paquete de palomitas, se gastaría mensualmente unos 120 euros.

No se tú, pero para mi economía, la cantidad es considerable. Si recibiésemos un recibo de luz, pongo por caso, por este importe, inmediatamente llamaríamos a la compañía, seguros de que ha habido un error.

No digo con esto, que el motivo de la crisis sea el precio de la entrada. Pero pienso que es un obstáculo importante. Según muchos el motivo es la poca calidad de las películas y la proliferación del pirateo e Internet.

Está claro, que la mayoría de los que así opinan, no suelen entrar pagando al cine. Y es mucho más fácil echarle las culpas al de siempre: al consumidor.

No se paran a meditar en que, tal vez, su mala gestión, su poca o ninguna imaginación para atraer al espectador, con una oferta atractiva, sea la causa de que la gente no vaya al cine.

Su única medida es subir la entrada, confiando en los pocos enamorados del cine que van a seguir sufragando los lujos de los cineastas, sacrificando parte de su economía familiar.

La crisis del cine está ocasionada por el propio cine. Que no sabe, ni quiere, tratar como se merece al espectador.

MANOLO

domingo, 22 de febrero de 2009

MIS ACTORES FAVORITOS: SYLVESTER STALLONE


“No siento las piernas”. Es lo primero que se nos viene a la mente cuando oímos este nombre. Normalmente lo susurramos, tratando de imitar su forma de hablar, torciendo ligeramente la boca.

Es un personaje muy peculiar en el mundo del cine. Ha sido imitado y ridículamente parodiado. Y, creo, que no se le da normalmente el reconocimiento que se merece.

Qué duda cabe que sus interpretaciones no estarán en los anales de la historia del cine.

Como actor es un profesional bastante correcto, que trata de hacerlo lo mejor posible. De tal forma que sus interpretaciones podrían calificarse de correctas.

Pero es que este hombre, no solo es actor, es guionista y director, además. Y aunque en todos estos campos no ha destacado como un gran artista, su proliferación y dedicación deberían ser tratados, por algunos, con el respeto que se merece.

No olvidemos, que fue el creador de un personaje, icono del cine: ROCKY. Pocos personajes del cine pueden alardear de haber cobrado vida en seis películas, todas ellas con un gran éxito de taquilla. Muchos parecen olvidar que ROCKY se llevó el oscar a la mejor película.

Me he divertido mucho con algunas de sus películas y, desde luego, la colección de Rocky Balboa está en mi videoteca particular.

Manolo