Una y otra vez, al encender la radio o la TV, o leer un periódico, nos enteramos de la terrible noticia de la muerte de una mujer a manos de su pareja. Se acumulan las muertes, las lesiones.
Y esto, en lo que concierne a las que son noticia. Porque hay muchas mujeres que padecen esas torturas pero no nos enteramos.
Y lo terrible es que no se detiene. Los casos se acumulan año tras año, día por día. Y no parece que seamos efectivos para detener esta masacre. Es como una terrible enfermedad de esas que los médicos no son capaces de dar con la cura.
¿Qué estamos haciendo mal? ¿En qué estamos fallando? Porque creo que lo estamos haciendo mal, en general, todos. De otra manera no se explica que ninguna medida legal o represiva por parte de los gobiernos surja el menor efecto.
Además, curiosamente, cuanto más tratamos de conseguir la igualdad, más establecemos diferencias entre ambos sexos.
Son muy comunes los chistecitos o bromitas, dirigidas a ridiculizar, tanto a hombres como a mujeres. Así como son también frecuentes los anuncios publicitarios, o determinadas escenas en películas, donde se parodia la figura del hombre, como un individuo estúpido e inútil. No creo que esta sea la causa, pero sí afirmo que no ayuda en nada a atajar el problema, y que, además, establece y aumenta la diferencia y la hostilidad entre hombre y mujer.
Yo estoy convencido que muchos de los tópicos que se le aplican a los hombres y a las mujeres son verdad. Pero deberían ser tomados, simplemente, como diferentes características. Sin parodiar ni ridiculizar.
No olvidemos que, en el fondo, las personas somos animales. Y, quizá en los hombres, ese básico instinto primitivo, esté menos reprimido que en la mujer, y reaccione con agresividad.
En fin, lo importante es que no nos rindamos, que sigamos buscando la cura a este mal. Nuestros hijos, nuestros nietos, deben vivir en un mundo más igualitario.
MANOLO
Y esto, en lo que concierne a las que son noticia. Porque hay muchas mujeres que padecen esas torturas pero no nos enteramos.
Y lo terrible es que no se detiene. Los casos se acumulan año tras año, día por día. Y no parece que seamos efectivos para detener esta masacre. Es como una terrible enfermedad de esas que los médicos no son capaces de dar con la cura.
¿Qué estamos haciendo mal? ¿En qué estamos fallando? Porque creo que lo estamos haciendo mal, en general, todos. De otra manera no se explica que ninguna medida legal o represiva por parte de los gobiernos surja el menor efecto.
Además, curiosamente, cuanto más tratamos de conseguir la igualdad, más establecemos diferencias entre ambos sexos.
Son muy comunes los chistecitos o bromitas, dirigidas a ridiculizar, tanto a hombres como a mujeres. Así como son también frecuentes los anuncios publicitarios, o determinadas escenas en películas, donde se parodia la figura del hombre, como un individuo estúpido e inútil. No creo que esta sea la causa, pero sí afirmo que no ayuda en nada a atajar el problema, y que, además, establece y aumenta la diferencia y la hostilidad entre hombre y mujer.
Yo estoy convencido que muchos de los tópicos que se le aplican a los hombres y a las mujeres son verdad. Pero deberían ser tomados, simplemente, como diferentes características. Sin parodiar ni ridiculizar.
No olvidemos que, en el fondo, las personas somos animales. Y, quizá en los hombres, ese básico instinto primitivo, esté menos reprimido que en la mujer, y reaccione con agresividad.
En fin, lo importante es que no nos rindamos, que sigamos buscando la cura a este mal. Nuestros hijos, nuestros nietos, deben vivir en un mundo más igualitario.
MANOLO
Violencia de todo...
ResponderEliminarEstamos perdiendo el amor por la Humanidad, por la vida
La verdad da miedo ver como nos estamos destruyendo
Urge valorar la vida, porque es lo maximo
Urge amarnos y corregir nuestros errores
Con cariño Bunny
Muy cierto, pero en un mundo ya por sistema, violento, el asunto empeora cuando se convierte, además, en abuso. Es terrible, pero no debemos rendirnos. Es necesario que frenemos esta locura o vamos derechos al desastre.
ResponderEliminarUn beso