Tema fuerte y tremendamente serio el que me plantea nuestra amiga de Marismillas. El acoso escolar o bulling como les ha dado por llamar (manía de ponerle palabrejas).
Mi opinión, en este caso, como en el de la violencia de género, es que todos somos, en mayor o menor medida, responsables de ello.
Y creo que los principales culpables, o al menos el inicio del problema, somos los padres. Que nadie se ofenda, por favor, puesto que estoy generalizando.
Sometemos a nuestros hijos a un bombardeo constante de violencia. Y no me refiero solo al Van Damm repartiendo leches en una película, por ejemplo.
Empezamos enchufándoles ante la TV de forma indiscriminada y casi siempre solos. Por lo que están absorbiendo una enorme cantidad de energía hostil, que provienen de programas donde nos describen con todo lujo de detalles los más horribles crímenes o realitys donde todo el mundo se pelea.
Les abandonamos a su libre albedrío ante la consola, con juegos, algunos, destinados a mayores. O, lo que es peor, ante Internet, que es una ventana al mundo, donde puede entrar aire fresco o podrido, de forma aleatoria.
No les negamos el más mínimo capricho, por lo que se acostumbran a que no les cuesta ningún esfuerzo conseguir lo que quieren.
Muchas veces, la pareja, tenemos la poca delicadeza de discutir delante de ellos, incluso, lanzando insultos el uno al otro. O, en caso de parejas separadas, mal imponiendo el uno contra el otro.
Eso si ya de entrada, no hemos cometido el error de emplear la violencia con ellos mismos.
No tenemos el menor miramiento de hacer comentarios racistas o xenófobos delante de ellos, tipo:”es que los moros …” “es que los …”.
Les proveemos de un móvil, equipados con cámara, para que puedan enviar todo tipo de imágenes a cualquier sitio.
Luego rematamos la faena, criticando, a veces al colegio e, incluso a los mismos profesores, nuevamente delante de los niños. Y, ya el como, cuando desacreditamos al profesor en público.
Yo ya he visto a varios padres o madres, poner a caldo al profesor, no sólo delante de su hijo, sino ante todo el resto de niños.
Luego, cuando ocurre alguna desgracia, pues hasta entonces parece que somos ciegos y sordos, pedimos dos cosas: responsabilidades y justicia, o lo que es lo mismo: un castigo, que, desgraciadamente, ya de nada sirve.
Más vale que nos pongamos manos a la obra, educadores, administración y padres. Dejémonos de marear la perdiz y sacudirnos el trabajo de encima. La educación empieza en casa, continúa en el colegio, la Administración debe controlar que haya un orden, y la TV que tire de una vez la basura que llena su programación.
MANOLO
Mi opinión, en este caso, como en el de la violencia de género, es que todos somos, en mayor o menor medida, responsables de ello.
Y creo que los principales culpables, o al menos el inicio del problema, somos los padres. Que nadie se ofenda, por favor, puesto que estoy generalizando.
Sometemos a nuestros hijos a un bombardeo constante de violencia. Y no me refiero solo al Van Damm repartiendo leches en una película, por ejemplo.
Empezamos enchufándoles ante la TV de forma indiscriminada y casi siempre solos. Por lo que están absorbiendo una enorme cantidad de energía hostil, que provienen de programas donde nos describen con todo lujo de detalles los más horribles crímenes o realitys donde todo el mundo se pelea.
Les abandonamos a su libre albedrío ante la consola, con juegos, algunos, destinados a mayores. O, lo que es peor, ante Internet, que es una ventana al mundo, donde puede entrar aire fresco o podrido, de forma aleatoria.
No les negamos el más mínimo capricho, por lo que se acostumbran a que no les cuesta ningún esfuerzo conseguir lo que quieren.
Muchas veces, la pareja, tenemos la poca delicadeza de discutir delante de ellos, incluso, lanzando insultos el uno al otro. O, en caso de parejas separadas, mal imponiendo el uno contra el otro.
Eso si ya de entrada, no hemos cometido el error de emplear la violencia con ellos mismos.
No tenemos el menor miramiento de hacer comentarios racistas o xenófobos delante de ellos, tipo:”es que los moros …” “es que los …”.
Les proveemos de un móvil, equipados con cámara, para que puedan enviar todo tipo de imágenes a cualquier sitio.
Luego rematamos la faena, criticando, a veces al colegio e, incluso a los mismos profesores, nuevamente delante de los niños. Y, ya el como, cuando desacreditamos al profesor en público.
Yo ya he visto a varios padres o madres, poner a caldo al profesor, no sólo delante de su hijo, sino ante todo el resto de niños.
Luego, cuando ocurre alguna desgracia, pues hasta entonces parece que somos ciegos y sordos, pedimos dos cosas: responsabilidades y justicia, o lo que es lo mismo: un castigo, que, desgraciadamente, ya de nada sirve.
Más vale que nos pongamos manos a la obra, educadores, administración y padres. Dejémonos de marear la perdiz y sacudirnos el trabajo de encima. La educación empieza en casa, continúa en el colegio, la Administración debe controlar que haya un orden, y la TV que tire de una vez la basura que llena su programación.
MANOLO
Si, así es, el problema de todo vuelve a recaer en el sistema social que hemos ido creando desde la transición, hemos malinterpretado todo desde el principio; la libertad, el que a los hijos no le falta de nada, el todo vale para ser feliz, el consumismo exacerbado, la falta de educación por que es aburrida.... y demás memeces que incluso nos hemos creido. El mayor problema es que los que son concientes del problema somos pocos, los que realmente podrían cambiarlo pasan del tema y la gran mayoría sigue prefiriendo "no mojarse" por que eso implicaria un cambio para una sociedad tan conformista y tan dada a lo fácil como la nuestra.
ResponderEliminarGracias por tu comentario en mi blog, te devuelvo la visita y pasare más por aquí, si te interesa intercambiar enlaces ya me dejas algun comentario, un saludo.