Quisiera usar este pequeño rinconcito para dedicarle un pequeño tributo a alguien que nos ha dejado. Y, con la esperanza de que sirva de un poco de consuelo para alguien que sé que lo está pasando mal, pues sé que había un gran cariño entre ellas.
Me refiero a una gata. Sí, sí, una mascota. Esos animalitos a los que adoptamos, encandilados porque son cachorros y luego, andan por la casa durante años, y que acaban por formar parte de la familia, aunque no siempre nos damos cuenta.
Luego, un buen día, ese compañero nos deja. Y, por regla general lo hace en silencio. No suele haber funerales para ellos, ni grandes palabras, aunque tampoco los necesitan, pues han vivido toda su vida, conformándose con un plato de comida, agua, algún rincón donde acomodarse y alguna carantoña por nuestra parte.
Pero, a ti, que sé que me lees, y que sé que lo sientes, permíteme que le rinda este pequeño homenaje y mi más sincero respeto.
Y, ánimo. Haz lo que harías ante la pérdida de cualquier ser querido: Recuérdala con cariño, para que su paso por la vida no pase inadvertido.
MANOLO
Hola Manolo,
ResponderEliminarMe he dado por aludida y es verdad, nos teníamos un cariño y respeto mutuo, pero el que yo le daba, ella me lo devolvía por 10. La echo de menos, mucho. Siempre recordaré su carácter, sus trastadas, su carita, su despedida... Será irrepetible e irremplazable. Un beso
Holaaaa,
ResponderEliminarLamento la perdida de su gatita. Se, que se siente perder a uno de esos amiguitos.
Estoy de acuerdo, son irremplazables.
Marilyn
Hola Manolo, yo perdí hace unos tres años mi perro, era un yorky muy especial. Pensé en llamarle Thor por lo del dios del trueno, y por un pastor alemán que tuve de pequeña. Pero a uno que pesa dos kilos y medio jeje como que no, al final le llamé Zar, aún le echo de menos, y no me he comprado otro....pero todo se andará.
ResponderEliminarMe encanta el sitio.
Un abrazo
Mar