Era el año 1984. Yo estaba haciendo la “mili” en la Marina. Desde hacía semanas, realizábamos unas maniobras conjuntas con otros barcos de la OTAN, dirigidas, como no, por la Armada de los USA. Pero, se presentaba ante nosotros un grave dilema: Pronto se disputaría la final de la Eurocopa entra Francia y España. Prometía ser un partido emocionante y nadie se lo quería perder. Ya no solo los españoles y los franceses, sino que, entre nosotros había barcos ingleses, italianos o alemanes.
Por todos es sabida la afición al fútbol que tienen en estos países. Y, desde los comandantes de los diferentes barcos, hasta el último marinero raso, deseaban ver ese partido.
Así que, a propuesta de los mandos de las diferentes flotas, se pidió permiso al alto almirantazgo para suspender, momentáneamente las maniobras, mientras durase el partido. Petición autorizada, ante el estupor de los americanos, que no se lo podían creer.
Así que, cada barco echó eL ancla cerca de alguna costa donde llegase la señal. Nosotros vimos el partido a través de la RAI italiana.
Otro caso. Una de las veces que estuve en el hospital, en la planta de cirugía.
Esta planta era una de las más penosas. Muchas personas allí estaban confinadas a la cama, entre tubos, y vías de suero. La mayoría de ellos no podían ni cambiar de postura sin ayuda. Durante el día todo eran tristes lamentos de dolor.
Esa noche había partido. Jugaba el Barça contra el Sevilla y prometía ser un partido emocionante.
En un momento del partido, el Barça marcó un gol. En la planta pudo oírse, unánimemente la exclamación de júbilo ante el tanto conseguido por su equipo.
Aquellas mismas personas, que apenas podían moverse, pudieron olvidarse por unos 90 minutos, de sus penas. Y manifestaron su alegría o descontento, incluso a través de alguna máscara de oxígeno.
Esta es la esencia del fútbol. Mas allá de los Kakás o los Messis de turno. Por encima de los millones que los diferentes ricachones busca famas se gasten en fichar a la estrella del momento.
El fútbol es como es por los aficionados que, partido tras partido, van a ver a su equipo, con la bufanda al cuello. Que salen a la calle cuando gana algo, o que llora cuando pierde.
Es la discusión del lunes en el trabajo. Que si fue penalti, que si fue fuera de juego…
Creo que los máximos responsables de este espectáculo y los medios de comunicación, deberían tomar buena cuenta de todo esto, porque si siguen por donde van, podrían cargarse la verdadera esencia del fútbol, que no es otra que la del aficionado.
Por todos es sabida la afición al fútbol que tienen en estos países. Y, desde los comandantes de los diferentes barcos, hasta el último marinero raso, deseaban ver ese partido.
Así que, a propuesta de los mandos de las diferentes flotas, se pidió permiso al alto almirantazgo para suspender, momentáneamente las maniobras, mientras durase el partido. Petición autorizada, ante el estupor de los americanos, que no se lo podían creer.
Así que, cada barco echó eL ancla cerca de alguna costa donde llegase la señal. Nosotros vimos el partido a través de la RAI italiana.
Otro caso. Una de las veces que estuve en el hospital, en la planta de cirugía.
Esta planta era una de las más penosas. Muchas personas allí estaban confinadas a la cama, entre tubos, y vías de suero. La mayoría de ellos no podían ni cambiar de postura sin ayuda. Durante el día todo eran tristes lamentos de dolor.
Esa noche había partido. Jugaba el Barça contra el Sevilla y prometía ser un partido emocionante.
En un momento del partido, el Barça marcó un gol. En la planta pudo oírse, unánimemente la exclamación de júbilo ante el tanto conseguido por su equipo.
Aquellas mismas personas, que apenas podían moverse, pudieron olvidarse por unos 90 minutos, de sus penas. Y manifestaron su alegría o descontento, incluso a través de alguna máscara de oxígeno.
Esta es la esencia del fútbol. Mas allá de los Kakás o los Messis de turno. Por encima de los millones que los diferentes ricachones busca famas se gasten en fichar a la estrella del momento.
El fútbol es como es por los aficionados que, partido tras partido, van a ver a su equipo, con la bufanda al cuello. Que salen a la calle cuando gana algo, o que llora cuando pierde.
Es la discusión del lunes en el trabajo. Que si fue penalti, que si fue fuera de juego…
Creo que los máximos responsables de este espectáculo y los medios de comunicación, deberían tomar buena cuenta de todo esto, porque si siguen por donde van, podrían cargarse la verdadera esencia del fútbol, que no es otra que la del aficionado.
MANOLO
yo en el 84 no había nacido! Pero esa fecha me recuerda al libro sobre el comunismo. Y el futbol me recuerda tantas cosas, y los dilemas a tantas otras cosas.
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